Ottawa declara el estado de emergencia ante la protesta de los camioneros por las restricciones sanitarias

Decenas de camiones y conductores bloquean la capital de Canadá para clamar contra la vacunación obligatoria

La ciudad canadiense de Ottawa fue escenario de nuevo este fin de semana de las protestas por parte de camioneros que se oponen a la vacunación obligatoria para trayectos transfronterizos. Las concentraciones convocaron también a distintos grupos que critican otras medidas sanitarias impuestas en la pandemia. Muchos de estos manifestantes, que forman parte de la denominada Caravana de la libertad, han permanecido en el centro de la capital de Canadá, paralizando en gran medida el centro. El alcalde de Ottawa, Jim Watson, manifestó este domingo que la ciudad se encontraba “fuera de control” y declaró el estado de emergencia. “Claramente, nos superan en número y estamos perdiendo esta batalla”, dijo Watson. “Esto tiene que revertirse, tenemos que recuperar nuestra ciudad”. Protestas con los mismos mensajes contra las restricciones del Gobierno de Justin Trudeau tuvieron lugar en distintas capitales de las provincias, ya que varias de las restricciones corresponden a competencias de índole provincial.

Canadá impuso la vacunación obligatoria desde el 15 de enero para los camioneros transfronterizos. Estados Unidos puso en marcha la misma disposición el 22 de enero. Centenares de conductores del oeste canadiense condujeron miles de kilómetros a Ottawa para protestar. Otras unidades procedentes de Ontario, Quebec y Nueva Escocia se sumaron, al igual que grupos que exigen el fin de distintas medidas, tales como el pasaporte de vacunación y el estado de urgencia sanitaria. De acuerdo a la policía de la capital de Canadá, la manifestación convocó el pasado fin de semana a más de 10.000 personas. La Alianza canadiense de camiones, que se ha opuesto al convoy de inconformes, ha estimado que más del 85% de los conductores que cruzan a suelo estadounidense están vacunados.

La policía de Ottawa señaló el sábado que son unos 500 camiones los que llevan más de nueve días aparcados en zonas céntricas, provocando molestias por sus constantes ruidos de bocinas y alterando las actividades cotidianas. Jean-Yves Duclos, ministro federal de Salud, y Peter Sloly, jefe de la policía de la capital federal, han señalado que ya no se puede hablar de manifestación, sino de ocupación. Unas 5.000 personas participaron en las manifestaciones este fin de semana en la ciudad.

Sloly afirmó este miércoles que las tareas serían complicadas sin ayuda suplementaria, dejando abierta la opción de solicitar el apoyo de los militares. Un día después, Trudeau, primer ministro canadiense, declaró que no contemplaba por el momento dicha medida, aseverando que las fuerzas policiales cuentan con los recursos para hacer frente a la situación. Elementos de la Real Policía Montada de Canadá llegaron a la urbe para reforzar el operativo de seguridad. “Ya es tiempo de que los manifestantes regresen a sus casas”, señaló Trudeau, subrayando que este asunto está provocando muchas molestias a la gente de Ottawa. “Es inaceptable”, añadió. El premier canadiense, en aislamiento tras dar positivo por covid, dijo que la suspensión de la vacunación obligatoria para los camioneros está fuera de toda discusión.

En la ciudad de Quebec, una caravana formada, según datos de la policía, por unos 200 vehículos se instaló cerca de la Asamblea provincial; el cuerpo policial indicó que la protesta convocó a “miles de personas”. El primer ministro François Legault de Quebec dio marcha atrás el 1 de febrero a presentar un proyecto de ley para que los no vacunados pagaran un impuesto por los gastos médicos que generan. Legault explicó que había tomado la decisión para “preservar la paz social” y “evitar divisiones entre los quebequeses”, pero que las protestas en Ottawa no tuvieron que ver con el abandono de la iniciativa.

En Toronto, la policía prohibió el paso a vehículos de transporte y manifestantes a unos 200 metros de la sede de la Legislatura provincial. Varias arterias del centro estuvieron cerradas al tráfico para garantizar el acceso a cinco hospitales cercanos. Winnipeg (Manitoba), Regina (Saskatchewan) y Victoria (Columbia Británica) fueron también escenario de protestas considerables. En la provincia de Alberta, la circulación en el cruce fronterizo cercano a la población de Coutts (en los límites con Montana) ha sido perturbada desde hace varios días por un grupo de camioneros.

Una campaña en GoFundMe recaudó 10 millones de dólares canadienses (unos 7,8 millones estadounidenses) para apoyar a los camioneros en sus gastos de alimentación, combustible y alojamiento. La plataforma había bloqueado los fondos el 25 de enero, señalando que debía presentarse un plan detallado sobre la forma de distribuirlos. Tres días después descongeló un millón de dólares para combustible. Sin embargo, este viernes efectuó el retiro definitivo de la campaña, señalando que las molestias a los residentes de Ottawa y otros actos contravienen a sus políticas. GoFundMe indicó que reembolsará a los donantes. Los organizadores de la Caravana de la libertad anunciaron la apertura de una campaña de recaudación en otra plataforma; ya supera los tres millones de dólares.

Candice Bergen, líder interina del Partido Conservador de Canadá, pidió este viernes a los camioneros seguir manifestándose de forma pacífica y denunciar todo acto de violencia, odio o racismo, aunque no exhortó a los choferes a abandonar la capital federal. Unos días antes, el diario The Globe and Mail publicó un correo de Bergen dirigido a parlamentarios de su agrupación donde señalaba: “Tenemos que convertir esto en un problema del primer ministro”. Por su parte, Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos, volvió a hacer referencia a las manifestaciones de los transportistas canadienses. En un comunicado, Trump expresó que los camioneros protestan “contra las duras políticas del lunático de extrema izquierda Justin Trudeau”.