Amnistía Internacional denuncia ‘limpieza étnica’ en la región de Tigray, Etiopía
Se estima que decenas de miles de personas han muerto en el conflicto y pocas esperanzas de que haya negociaciones de paz.
Los abusos generalizados contra civiles en la región de Tigray, en el oeste de Etiopía, suponen crímenes de guerra y contra la humanidad, según denunciaron este miércoles Human Rights Watch y Amnistía Internacional en un nuevo informe.
Los crímenes fueron perpetrados por agentes de seguridad y autoridades civiles de la región vecina de Amhara, en ocasiones “con el consentimiento y posible participación de fuerzas federales etíopes”, indicaron los grupos de derechos en el informe.
Estos abusos forman “parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil de Tigray que suponen crímenes contra la humanidad además de crímenes de guerra”, afirmaron las organizaciones.Las autoridades federales etíopes rechazan de plano las armas de que han lanzado ataques específicos contra la población de Tigray. Al comenzar la guerra en noviembre de 2020, afirmaron que su objetivo era desarmar a los líderes rebeldes de la región.
Funcionarios etíopes en Adís Abeba, la capital federal, y en Amhara no respondieron a peticiones de comentarios sobre las acusaciones del informe.
El documento, resultado de meses de investigación que incluyeron más de 400 entrevistas, afirma que cientos de miles de civiles de Tigray han sido obligados a dejar sus hogares en una violenta campaña de asesinatos, agresiones sexuales, detenciones arbitrarias masivas, robo de ganado y privación de ayuda humanitaria.
Se han informado atrocidades generalizadas en el conflicto, la mayoría de las veces atribuidas a las fuerzas del gobierno etíope y sus aliados, como tropas de la vecina Eritrea.
También se ha acusado a combatientes leales al partido de los líderes de Tigray -el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés)- de cometer abusos cuando la guerra se expandió a regiones vecinas.
El informe describe los ataques en el oeste de Tigray como “limpieza étnica”, lo que supone obligar a la población de un lugar a abandonar la zona con expulsiones y otros métodos violentos, que a menudo incluyen asesinatos y violaciones.
El documento corrobora los informes de The Associated Press sobre atrocidades en la guerra, que sólo en Tigray afecta a 6 millones de personas.
En junio, el gobierno de Etiopía cortó el acceso a casi toda la ayuda alimentaria, suministros médicos, efectivo y combustible en Tigray. La guerra se ha extendido a las regiones de Amhara y Afar, y los líderes de Tigray dicen que combatirán para aliviar el bloqueo y protegerse de nuevos ataques.
Ante una creciente presión internacional, las autoridades etíopes anunciaron una tregua humanitaria el 24 de marzo. Desde entonces han llegado camiones con comida a la región.
Se estima que decenas de miles de personas han muerto en el conflicto. Pero hay pocas esperanzas de que haya negociaciones de paz, ya que las autoridades etíopes han ilegalizado el TPLF, lo que en la práctica convierte a sus líderes en prófugos.