Lo que comenzó apenas como una convocatoria aislada el pasado sábado 21 de enero, por medio de redes sociales, se ha convertido en una campaña ciudadana denominada “Un día sin taxi”, en la cuál se convoca a la ciudadanía a dar un “aventón” a vecinos, amigos, compañeros de trabajo y escuela, para evitar el uso de los taxis y de esta manera “ponerle un alto total al gremio taxista”.
Esta iniciativa también invita a denunciar, por medio de las redes sociales, a operadores de taxis que cometan actos arbitrarios, anotando el número de su unidad o tomándole una fotografía para presionar a las autoridades, que han sido criticadas por su pasividad ante este caso, y de esta manera actúen.
Desde el pasado 19 de enero, y hasta la fecha, las confrontaciones entre taxistas y conductores de Uber no han cesado, pese a que el domingo pasado se llevaron a cabo algunas detenciones, y a la Alerta de Seguridad lanzada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, en donde se advierte de la situación que se vive en el lugar.
Tampoco valió mucho el llamado público que realizó Ana Patricia Peralta, alcaldesa de Cancún, el pasado 23 de enero, horas antes del bloqueo realizado por taxistas a la entrada y salida de la zona hotelera, que obligó a turistas a caminar con maletas sobre el bulevar Kukulkán o ser transportados por patrullas de la policía local y unidades de tránsito hacia el Aeropuerto Internacional.
El pasado miércoles, una conductora de Uber denunció haber sido víctima de una agresión, cuando se encontraba cerca de un sitio de taxis localizado afuera de un supermercado sobre avenida Xcaret, en el centro de la ciudad.
La mujer dijo que unos taxistas se le cerraron y le poncharon las llantas de su automóvil. “Yo me percaté hasta que venía a dejar a los usuarios a la zona hotelera”, explicó la conductora por medio de un video que compartió por medio de redes sociales.
El mismo miércoles, en un intento de bloquearle el paso a un vehículo que posiblemente está registrado en la plataforma, taxistas provocaron un conflicto vial a la altura del kilómetro 3.5 del bulevar Kukulkán, también en la zona turística, lo que interrumpió el tráfico.
Tras esto, elementos de la policía local llegaron al lugar para reabrir la circulación, mientras conductores particulares afectados por el cierre, insultaron a los taxistas involucrados. Otra de las personas denunció por redes que, pensando que era operador de Uber, taxistas arrojaron ácido a su vehículo.
Estos hechos no son recientes, pues entre septiembre y octubre del 2022 los choferes de autobuses de transporte urbano de la zona, denunciaron ser víctimas de acoso, amenazas y hasta golpes, lo que obligó a la clase empresarial a exigir seguridad a las autoridades locales y poner un freno a los taxistas.