Bailarines mexicanos de Nacho Cano denuncian a la Policía española por coacciones
Fuentes detallaron que los mexicanos, quienes son dirigidos por Nacho Cano en el musical Malinche, interpusieron denuncias individuales
Diecisiete bailarines mexicanos del musical Malinche, dirigido por el músico español Nacho Cano, denunciaron a la Policía por coacciones y falsedad documental cuando fueron interrogados en el marco de la investigación que llevó la semana pasada a la breve detención del compositor y productor teatral.
Fuentes jurídicas confirmaron a EFE que los artistas mexicanos, becarios que se forman en la obra que se representa en Madrid, interpusieron 17 denuncias individuales que se refieren a los mismos hechos: un trato inadecuado por parte de la Policía, con coacciones y documentos “manipulados”.
El pasado 17 de junio, una docena de agentes de la Policía española irrumpieron en la iglesia madrileña en la que ensayaban los bailarines aludiendo a una inspección de trabajo, tras lo que fueron trasladados a comisaría durante varias horas para preguntarles por sus condiciones laborales, algo que, según los denunciantes, ya es irregular.
Además, los agentes les coaccionaron y llegaron a elaborar documentos “manipulados”, explicaron las fuentes, que también consideran irregular que no tuvieran acceso a la denuncia en la que una integrante del elenco acusó a Cano por la supuesta contratación ilegal de inmigrantes.
Nacho Cano, exmiembro de la banda musical española Mecano, fue detenido el pasado día 9 de julio y trasladado a dependencias policiales por presuntos delitos contra los derechos de los trabajadores y de favorecimiento de la inmigración ilegal, según confirmó la Policía.
Ese mismo día también fue detenida una mujer de su equipo, de nacionalidad mexicana.
El músico y productor quedó en libertad a la espera de ser citado por el juez, no sin antes generar polémica en España con enfrentamiento político entre derecha e izquierda incluido.
Según explicó el propio Cano, el origen de la denuncia está en un programa de becas -en convenio con una escuela- que montó para llevar a España talento juvenil.
Según el productor, fue una de las becadas, a la que calificó como “conflictiva” y de la que prescindió, quien supuestamente interpuso la denuncia.
“El criminal no soy yo, es la Policía, es a los que hay que investigar”, dijo Cano quien criticó la existencia de una “una maniobra orquestada” en su contra por su relación con la política ( y su amistad con la presidenta regional de Madrid, la conservadora Isabel Díaz Ayuso), y acusó a los agentes de detenerle “10 minutos” para hacerle “la foto” y filtrarlo a los medios de comunicación.
Luego, la joven denunciante explicó públicamente que los bailarines habían llegado a España advertidos de que tenían que pasar los controles como si fueran turistas, les obligaban a trabajar de lunes a sábado durante doce horas, estaban en “condiciones pésimas” y solo recibían unos 300 euros al mes.