Acceso limitado al transporte masivo, desafío en Ciudad de México

El transporte masivo de Ciudad de México, como el Metro, Metrobús y RTP, brindaba cobertura de acceso directo a 40% de la población capitalina, lo que equivale a cerca de 3.6 millones de personas, de acuerdo con el último corte del 2019 proporcionado por la Secretaría de Movilidad (Semovi) y presentado en un reciente informe de Core, Ciudades Vivibles y Amables.

El sistema de transporte público de la capital del país se divide en dos categorías principales: los organismos descentralizados, que operan bajo un esquema profesionalizado, tanto operativa como financieramente, como el Sistema de Transporte Colectivo Metro que abarca 38.2% de los viajes.

Mientras que el restante 20.8% se distribuye entre otros modos de transporte, como autobuses de corredor, Metrobús, Trolebús y Tren Ligero, todos parte del Servicio de Transporte Eléctricos, así como la Red de Transporte de Pasajeros (RTP).

La segunda categoría son los servicios de transporte público concesionados que mayoritariamente funcionan bajo un modelo de hombre-camión, donde se opera y administra bajo permisos individuales, explica el informe.

Transporte público concesionado
Actualmente, diversas áreas de la ciudad carecen de acceso directo a las redes de transporte público masivo como reveló la organización, situación que afecta especialmente a personas con ingresos medios y bajos que residen en zonas periféricas, enfrentando mayores costos y tiempos de viaje en el transporte colectivo. El 55% de los hogares de la capital registra ingresos medio-bajos y destinan alrededor del 20% de su salario en transporte.

Las unidades de transporte concesionado son especialmente relevantes en las áreas periféricas de la ciudad, donde frecuentemente representan la única opción de movilidad para las personas residentes.

Uno de los principales retos en torno a la movilidad de la ciudad es la prevalencia del transporte concesionado, principalmente reconocidos por la utilización de vagonetas, microbuses y autobuses, estos medios de transporte dependen en gran medida tanto del número de pasajeros que transportan diariamente como de la gestión autónoma de sus recursos a través de concesiones individuales.

El informe destaca que, además, la flota vehicular de estos sistemas de transporte es mayormente obsoleta y no cumple con las regulaciones actuales.

Esto implica que muchos de los vehículos en circulación tienen más de 10 años de antigüedad, llegando incluso algunos a tener hasta 46 años en servicio. Según datos de la Semovi, para el 2023, se registraron 94 rutas en operación, las cuales contaban con 4,200 vagonetas, 5,800 microbuses y 6,090 autobuses.

La evolución hacia un modelo de gestión más profesionalizada, denominado ruta-empresa, con el propósito de sustituir al tradicional modelo hombre-camión, demanda una inversión considerable.

Por ejemplo, únicamente la renovación y adquisición total de los 5,800 microbuses requiere una inversión que supera los 2,159 millones de pesos, los cuales se financiarían mediante las tarifas abonadas por los usuarios.

Gratuidad
El estudio ¿Transporte público gratuito en la Ciudad de México?, además de abordar estas características de la movilidad urbana, propone la gratuidad como una alternativa a la mejoría de estos servicios, desde la promoción de la equidad social hasta la mejora de la movilidad urbana y la reducción de la contaminación ambiental.

Específicamente, puede desempeñar un papel clave en cerrar la brecha de género al proporcionar a las mujeres un acceso seguro y asequible al transporte.

Tomando como modelo de referencia a otras ciudades del mundo, la implementación conlleva desafíos financieros y operativos, que requieren una cuidadosa planificación y asegurar fuentes de ingresos estables, así como mantener la calidad y eficiencia del servicio a través de inversiones continuas en infraestructura y capacitación del personal, señalaron los autores del estudio.