La reunión entre el fundador de Tesla, Elon Musk, y el gobierno de Nuevo León sí ocurrió y fue de negocios, no un encuentro casual o social.
Monterrey tiene un vecino que le roba atención. Es San Pedro Garza García, así de largo es el nombre del municipio más rico de México.
Las poblaciones están divididas por un cerro conocido localmente como la “Loma Larga” que es atravesado a diario por miles de automovilistas, gracias a un túnel de 532 metros de largo.
Sobre esa pequeña montaña lineal poco habitada, los nuevoleoneses construyeron al final del siglo pasado la sede del Club Industrial, un gran edificio desde el cual puede verse toda la ciudad. Partió de una idea de Roberto Garza Sada para fortalecer los vínculos entre empresarios nuevoleoneses, desde los años sesenta. Representa la imagen del poder regiomontano.
Ese poder hoy es sostenido por empresas como Grupo FEMSA, Grupo Alfa, Grupo Vitro y Grupo Cemex; todas, jugadoras globales relevantes en su ámbito. Esas cuatro, juntas, valen 26 mil millones de dólares, gracias principalmente a la primera, que es dueña de la cadena OXXO.
Dimensionemos: la productora estadounidense de autos eléctricos, Tesla, vale 670 mil millones de dólares.
La diferencia entre éstas radica en la utilidad que aportan a la sociedad y eso se consigue en buena medida con innovación para ofrecer lo que otros no pueden vender.
El fundador de Tesla, Elon Musk, estuvo en Monterrey durante el fin de semana, de acuerdo con una nota de Silvia Olvera publicada ayer en el diario El Norte, que confirmó la cita que tuvo el más poderoso empresario del mundo con representantes del Gobierno de Nuevo León.
Poco se sabe del encuentro y los funcionarios que participaron están obligados a guardar silencio, pero el contexto del viaje merece revisión.
Uno. La reunión sí ocurrió y fue de negocios, no un encuentro casual o social. La información disponible denota que hubo protocolos.
Ese nivel de relación no surge al margen de los empresarios nuevoleoneses y estos deben estar involucrados en cualquier plan que pretenda estructurar el gobernador Samuel García.
Dos: el momento. La semana pasada, Musk entregó resultados a inversionistas. Sus ventas siguen creciendo a un ritmo anual superior al 50 por ciento, pero sus utilidades parecen estancarse. Sacó 21 centavos de ganancia a cada dólar (EBITDA), cifra que ya no crece y resulta similar a la del año pasado. Eso, de acuerdo con analistas, puede deberse al poder del dólar, que encarece lo hecho en Estados Unidos y complica las ventas.
Tesla fabrica sus productos en ese país vecino y no ha probado los beneficios de hacerlo en México, en donde sus costos pueden ser más bajos. Tiene proveedores mexicanos, como Rassini, que produce frenos, pero en Nuevo León, hay decenas de potenciales proveedores listos para fabricar piezas. Cuenten a Metalsa, Nemak; incluso a Grupo Industrial Saltillo.
Tres. El dólar puede fortalecerse más durante los meses que vienen, conforme se robustece la percepción de una nueva recesión global y de nuevo esa moneda emerge como la más resistente.
Si eso ocurre, los coches de esa compañía se harán más caros para el resto del mundo, lo que puede complicar más las ventas. Reducir los costos produciendo en México puede ayudar a disminuir el impacto.
Musk suele enfatizar su visión de largo plazo. La rivalidad entre China y Estados Unidos aumenta y eso romperá muchos vínculos con proveedores. Los chinos ya no reciben pedidos de semiconductores estadounidenses, por una orden oficial.
Para Tesla es conveniente tener toda su cadena de suministro cerca de casa. Hace sentido poner un pie en Nuevo León, a solo cuatro horas en coche, por cierto, de la base de lanzamiento de cohetes SpaceX, fundada también por Musk, ubicada cerca de la Isla del Padre.
Cuatro: ojo con el creciente rol de los gobiernos locales. La ausencia de una promoción nacional ante el desdén de la federación, obligó a los funcionarios estatales a trabajar a fondo para atraer inversiones.
En Nuevo León, ese rol corresponde a Iván Rivas Rodríguez, un experto en competitividad, economista por el Tec de Monterrey, exfuncionario del SAT y de la Secretaría de Economía. Sobre él recae la tarea de atraer empresas.
Esos esfuerzos están creando varios “Méxicos” y de ese tema conviene hablar próximamente.